Núm. 213 — Sábado 12 de Febrero del 2011 — Año: 5



La ecología es un tema actual, el hombre en estos últimos años, se ha empezado a preocupar por la situación crítica de nuestro planeta, es indiscutible que este es el tema de debate en nuestra actualidad.

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entro del sistema solar el planeta tierra, es el único capaz de preservar la vida, desde la creación en el principio hace aproximadamente cerca de 6000 años, Dios lo ha creado con vida abundante, tanto en vegetación, en los animales, y en el ser humano.

Pero al paso de los tiempos, el ser humano ha venido destruyendo todo a su paso, miles de hectáreas de bosques se han convertido en áridos desiertos, muchos animales están en peligro de extinción y esto es solo en los mejores casos, ya que muchos solo se encuentran en los libros de historia, porque desafortunadamente el hombre con su ambición, su sed de dominio ha destruido en gran manera la creación perfecta de nuestro Dios.

El dominio del hombre, ha quedado tan marcado en nuestro planeta, y las consecuencias son muy graves, cada día el planeta sufre un deterioro en todos los ámbitos, es triste porque por miles de años ésta, ha sido nuestro hogar, y lo será también para el futuro, que tenemos que hacer ¿como conservadores de su palabra?, ¿como cuidadores de su ley? ¿Seguir también con una irresponsabilidad como todos los seres humanos lo ha hecho? ó ¿Cuál tiene que ser la actitud del hijo de Dios en este tema que nos ocupa?

Según los biólogos contemporáneos, la Ley de Moisés es un compendio de principios para proteger el ambiente. En especial la ley de la alimentación, son normas de alimentación para los creyentes, claro así es, leyes que enseñan al hombre lo limpio y lo impuro. Pero también para la preservación del equilibrio biológico.

 

El pueblo hebreo siempre ha tenido un profundo conocimiento de la ecología y las relaciones entre los seres vivos. Gracias a los mandamientos y prohibiciones establecidos en la Ley de Moisés pudieron vivir en armonía con la naturaleza a través de los siglos en territorio árido y muy reducido. Es un claro ejemplo, para mantener en buenas condiciones nuestro hábitat.

 

El antiguo Israel es probablemente la única sociedad que logró vivir dentro de una ecología sostenible durante muchos años. El antiguo pueblo de DIOS solo subsistió en un medio tan inhóspito sólo por su FE en DIOS acatando todas sus normas establecidas en los cinco libros de la LEY de MOISES.

PROBLEMAS ACTUALES

La deforestación del planeta, es una de las situaciones graves, al crecer las ciudades, disminuyen los campos verdes, - que siempre es una belleza contemplarlas - el consumos de madera, papel y todos los derivados que son comunes para el bienestar del hombre implica que mas arboles sean talados, nuestro planeta, se esta quedado vacía, sin arboles, seca, árida es como estamos convirtiendo el planeta en que vivimos.

El pueblo de Israel recibió una gran recomendación al respecto, y pienso en mi muy humilde punto de vista, la recomendación también lo es para nosotros que amamos a nuestro Creador, veamos el pasaje bíblico: “Cuando pusieres cerco á alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruyas su arboleda metiendo en ella hacha, porque de ella comerás; y no la talarás, que no es hombre el árbol del campo para venir contra ti en el cerco” Veamos el mismo texto en otra versión "Si para apoderarte de una ciudad enemiga tienes que hacer un largo asedio, no destruyas la arboleda metiendo en ella el hacha ; come sus frutos y no los tales. La interpretación de la biblia aquí es muy clara y contundente, Dios - el bendito – da esta orden clara para nosotros de no destruir, ni deforestar la tierra, ya que por ese medio dependemos. Alimento, aire, oxigeno, sombra, y además añaden belleza al paisaje, todo esto y mas nos brindan los arboles para que podamos subsistir en este planeta.

El ser humano ha tardado miles de años para redescubrir que la estabilidad del planeta depende del cuidado que el hombre tiene que hacer a favor de la tierra. La orden del desarrollo sostenible, no fue sino hasta la cumbre de 1992 en Rio de Janeiro, Brasil; cuando los gobiernos participantes coincidieron en que la humanidad, no tiene futuro a menos que deje de destruir los cimientos de la vida y de destruir los recursos de las generaciones venideras. Los judíos de la Biblia ya lo sabían.

FRUCTIFICAD, MULTIPLICAD, HENCHID LA TIERRA, Y SOJUZGADLA

"Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra". (Génesis 1:28), Al decir SOMETANLA (Sojuzgadla) en ningún momento Dios permitió que el hombre fuera irresponsable, ningún momento permitió que la tierra fuera destruido. La palabra "sométanla" fue mal interpretada, y se toma este versículo como un permiso que la Biblia otorga al hombre de hacer en el mundo lo que se le ocurra. En todo momento tenemos que considerar, que la tierra pertenece al Creador: “Y la tierra no se venderá rematadamente, porque la tierra mía es; que vosotros peregrinos y extranjeros sois para conmigo.” De Dios es la tierra, nosotros solamente los inquilinos.

 

Dios no le dio a la humanidad su hermosa creación para que la destruyeran. De hecho, él le dio a Adam instrucciones precisas de cómo cuidar el planeta: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” (Génesis 2:15). El no lo puso ahí para que lo descuidara negligentemente, sino para mejorarlo y cuidarlo. La tierra entera debía, por consecuencia, ser mantenida correctamente y su ecología debe ser protegida.

Como lo explican algunos eruditos de la Biblia: “El don del dominio sobre la naturaleza nunca tuvo la intención de ser una licencia para usar o abusar egoístamente del orden creado, de la manera que al hombre o a la mujer le plazca. De ninguna manera los seres humanos deben ser pendencieros y tomar las leyes por sí mismos; Adam y Eva eran responsables ante Dios y debían responder por haber o no haber cultivado el mundo natural a su alrededor”.

 

La tierra no le fue concedida al hombre para que se adueñara de ella, sino para que actuara como su guardián, manteniéndola y preservándola en beneficio propio y de las generaciones venideras ya que la mente y el espíritu del hombre también están sujetos a la influencia ambiental. Uno de sus deberes prioritarios es la protección del ambiente natural.

 

Desafortunadamente, el hombre no ha sido un buen “administrador” o mayordomo de la tierra que Dios creó para él. Ha ocasionado graves problema para el hábitat de todo ser viviente que habita en la tierra. Tal como el hijo pródigo desaprovechó los bienes de su padre (Lucas 15:13), así la mayor parte de la humanidad ha mal administrado la tierra. No culpemos a Dios por esto, sino más bien pongamos la culpa donde pertenece - en el hombre y en Satanás - quien lo ha influenciado y engañado (Apocalipsis 12:9). Afortunadamente, Dios volverá a poner las cosas en su lugar.

CONCLUSIÓN

Un medio ambiente sano, natural y equilibrado es un imperativo de vida y una condición indiscutible para la salud psicofísica. Todo efecto trae consecuencias, busquemos la mejor elección para nuestra supervivencia y la supervivencia de las generaciones venideras. Preservar, cuidar, administrar, mantener, es nuestra responsabilidad como seres humanos y mayormente como hijos de Dios.

 

Por Abiel Hernández Florez

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